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lunes, 6 de octubre de 2014

Gran Premio de Japón 2014. Trágico.

Gran Premio de Japón 2014
CIRCUITO: Suzuka (Mie, Japón)
LONGITUD: 5.807 km
NÚMERO DE VUELTAS: 53 (307.471 km en total)
CURVAS: 18 (8 a izquierdas, 10 a derechas)
COMPUESTOS: Intermedios / Lluvia Extrema
DEGRADACIÓN DE FRENOS: Alta

Ayer, cuando Adrian Sutil dejaba su coche en la curva Dunlop, estaba dispuesto a escribir una crónica muy corta, criticando la vuelta a los tiempos de los tiovivos que hemos vivido este año, sin apenas más emoción que el adelantamiento de Lewis Hamilton a Nico  Rosberg cuando este último tuvo problemas para mantener el ritmo en su W05. Pero los acontecimientos posteriores han dado un giro dramático al GP y una conversación por twitter con @Ayrendor me sugirió algunas cosas que comentar sobre la carrera y las condiciones.

No queremos comenzar, sin embargo, sin poner todos nuestros pensamientos en el piloto de Marussia Racing Team. #ForzaJules

Jules Bianchi, víctima innecesaria

Vamos a ponernos en antecedentes. Llegábamos a Japón con una amenaza de tifón, algo que sabíamos desde el lunes pasado. Durante el tiempo que el Circo se posó en Mie, hubo muchos rumores sobre suspensiones, adelanto de los horarios, cambio del GP... que no se materializaron. La posición que cobraba más fuerza era la de adelantar la celebración de la carrera unas 4 horas para no tener que soportar el temporal. Creo que nadie en la F1, contando con fans, periodistas, pilotos, escuderías, etc., hubiera protestado por este hecho. Pero al final se tomó la decisión de mantener el horario. ¿La razón? No podemos saberlo, como aficionados, pero en nuestra más humilde opinión, la programación de las televisiones que había destacadas en Suzuka fue en gran parte responsable de ello.

El caso es que cuando se inició la carrera, el tiempo no era peor ni las condiciones eran más adversas que en las de aquel Gran Premio de Korea del año 2010 o las de Canadá del año 2011. Se pudieron dar dos vueltas de reconocimiento y, tras comprobar que la cosa estaba mal para correr se decidió parar la carrera (en el pit lane, algo que aún no comprendo), para esperar a la mejoría de la climatología. Por la radio, se oía a varios pilotos decir que estaba perfecto para correr, a otros se oía decir todo lo contrario. Pero se esperó.

La carrera se relanzó poco después y tuvo un abandono innecesario: el de Fernando Alonso por un fallo eléctrico en su F14T. A partir de ahí, la carrera fue un aburrimiento, si exceptuamos la lucha por el último punto, en la que hubo implicados muchos coches.

Tampoco es que hubiera unas condiciones espectaculares para dar momentazos, si exceptuamos los adelantamientos que los Red Bull Racing hicieron, uno por dentro y otro por fuera al coche de Nico  Rosberg o el que le hizo su compañero de equipo para ganar la carrera. Hubo tiovivo.

Pero toda decisión tiene sus consecuencias y el no adelantar la carrera y el haber neutralizado la salida durante un tiempo tuvo una consecuencia fatal.

El tiempo se complica, llueve mucho más

No sabemos si podríamos atribuirlo a los primeros coletazos del tifón que ha azotado Japón entre ayer y hoy, pero podríamos decir que sí. En las últimas vueltas, la lluvia vuelve a hacer su aparición sobre el trazado de Suzuka y los muros comienzan a quejarse y decirle a sus pilotos que las condiciones de lluvia extrema están volviendo. Algunos pilotos contestaban por radio que con los intermedios iban bien. Otros, como Felipe Massa decían que no se podía correr. Si nos vamos a anteriores Grandes Premios, los neumáticos "full wet" habrían servido más que de sobra.

Pero no todos los coches tienen el mismo comportamiento, ni todos los pilotos pueden sobreponerse a las condiciones en las que se sumió Suzuka ayer. Adrian Sutil perdió el tren trasero de su monoplaza en la lluvia y se fue fuera en la curva Dunlop. Este fue el principio de la tragedia de ayer, pues una vuelta más tarde, Jules Bianchi tendría el accidente que ha marcado el GP de Japón de 2014 para siempre.

Muchas dudas

Nadie sabía por qué, se había sacado el coche de seguridad cuando el accidente de Sutil había sido en una zona con una escapatoria suficiente como para retirar el coche sin peligro, y mucho menos cuando tras el coche de seguridad salía el coche médico. Las imágenes habían mostrado a un Adrian Sutil saliendo del monoplaza, o, al menos, lo suficientemente entero. Nosotros, al ver la retransmisión, no sabíamos qué estaba pasando. Hasta que en los rótulos inferiores, donde aparecen los pilotos y su situación, el rótulo que señalaba a Jules Bianchi aparecía en negro, sin situación, como abandonado.

Atamos cabos y supimos que el coche médico era para él.

En la retransmisión, Antonio Lobato decía que no había habido imágenes, que no sabía qué pasaba. La carrera se detuvo y empezaron las especulaciones. Algo a lo que no contribuyó el delegado de prensa de la FIA, cuando en su comunicado en directo, decía que Jules Bianchi estaba inconsciente y que se lo habían llevado al hospital en ambulancia porque (cito textualmente) el tiempo estaba empeorando y el helicóptero no podía despegar. María de Villota, q.e.p.d., vino inmediatamente a mi recuerdo. Mi reacción fue la siguiente:
Luego supimos que no, que el helicóptero podía volar, que prefirieron el traslado por carretera porque, estando a poca distancia del hospital, era más seguro y mejor para el piloto. Pero de ahí nació la conversación que ha dado lugar a este post.

La perspectiva de un no aficionado

Y es que declaraba @Ayrendor que los pilotos tenían mucha culpa por no plantarse y no correr.

En realidad, el comentario de mi amigo tiene mucha razón. Quizá toda. Pero lo cierto es que se nos olvida que estos tíos son deportistas, que su vida es competir y que llevan la velocidad en la sangre. ¿Alguien ha visto Rush? Pues si la habéis visto, sabréis a qué me refiero. James Hunt quiso correr en un infierno en Nürbürgring y su empeño puso en serio riesgo la vida de Niki Lauda. Es curioso que Niki sobreviviera tanto tiempo y Hunt acabara sus días en la forma en que los acabó... A lo que voy es que el peligro de correr con lluvia es más que evidente, pero para eso se hacen neumáticos de lluvia: para correr bajo estas condiciones.

Alguien podría aducir que para evitar la lluvia, nada mejor que suspender las carreras en las que llueva y correr siempre en seco. Y tendría razón si no fuera porque el calendario se diseña el año anterior y, a un año de distancia, nadie sabe si lloverá en Montmeló, hara viento en Silverstone o hará un sol de justicia en Sochi. Las condiciones meteorológicas son un factor más en la Formula 1 y existen reglajes y elementos que ayudan a salvarla. Algo que los pilotos saben y asumen. Pero el conocimiento del piloto es limitado: él sabe cómo está el tiempo en la pista, el agua que hay, las condiciones inmediatas... pero no sabe si el helicóptero puede o no volar, si va a empeorar mucho o si hay previsto un diluvio universal. La información que se les da por radio suele ser bastante fiable, pero, de nuevo, el piloto tiene que fiarse de lo que ve. Imaginad un trazado como Spa, con más de siete kilómetros de longitud, en el que puede llover en un punto y estar seco en otro. El piloto toma decisiones basado en sus sensaciones y los datos que le llegan del muro. Pero si el piloto lo ve claro para pilotar con intermedios/lluvia extrema, no hay más que hablar.

Tampoco puedes bajarte del coche y punto. Si se pudiera, nadie duda de que Felipe Massa se habría bajado ayer inmediatamente. ¿Os imagináis dejar vuestro puesto de trabajo sólo porque se ha roto el aire acondicionado? Sí, las condiciones pueden no ser las óptimas, pero ningún trabajador puede abandonar su puesto porque sí, por sus "cojones morenos", hablando mal. En el caso de los pilotos de Formula 1 ocurre lo mismo. Son pilotos, es su trabajo, y las condiciones meteorológicas cambian. Ellos lo aceptan y saben que el día que llueve tienen que extremar las precauciones en la pista. Y no es inconsciencia. Ni puede culparse a los pilotos por no plantarse. Son sus condiciones de trabajo.

Y es que el riesgo no lo evalúan los pilotos, sino la FIA, la FOM y, en última instancia, Charlie Whitting. Ayer, durante un tiempo, pensamos que las condiciones de seguridad no se reunían y por eso culpábamos a los altos estamentos. Desde aquí, nuestras más sinceras disculpas. Pero lo cierto es que el accidente de Adrian Sutil se gestionó muy mal. Y esta gestión sí que es la culpable de lo que ocurrió.

Un cóctel peligroso

Creo recordar que era Hume quien decía que el que un hecho ocurra habitualmente no quiere decir que deje de ocurrir en cualquier momento. En este caso, que habitualmente no haya un accidente inmediatamente después de otro y en el mismo punto, no quiere decir que esa situación no vaya a ocurrir nunca. Y ayer ocurrió.

Retirar un coche accidentado como el de Adrian Sutil es una maniobra que se ha repetido hasta la saciedad y no sólo en Suzuka. Además, tenemos que tener en cuenta la eficiencia que los comisarios japoneses han mostrado siempre en la organización de su GP. Pero ayer, la casualidad fue mucho más puñetera y quiso que el coche de Jules Bianchi impactara con la grúa que retiraba el Team Sauber Ferrrari accidentado. Añadidle lluvia y una pista que drena mal, un coche con una eficiencia aerodinámica como la del Marussia Racing y un piloto novel. Todo se alió en contra.

A toro pasado es muy fácil decir que se debía haber corrido antes, que se debía haber sacado el Safety Car cuando Adrian Sutil se salió o que las banderas verdes no debían estar ondeando (que sí, que debían, que al salir del sector accidentado, debe ondear bandera verde). Pero lo cierto es que para retirar un coche en el sitio que estaba el Team Sauber Ferrrari nunca ha hecho falta sacar el coche de seguridad para evitar la grúa.

¿Posibles soluciones?

La primera es bastante clara: con condiciones de pista mojada, si hay que retirar un coche con la grúa, hay que sacar siempre el Safety Car. Así de claro. Es evitar una ocasión clara de peligro de una forma eficaz y eficiente. Hay quien ya clama contra las grúas y pide un método mejor para retirar los coches. Sinceramente, y desde nuestra humilde opinión, las grúas han funcionado perfectamente siempre y no vemos razón para cambiarlo.

También he oído voces a favor de las cúpulas cerradas. A nosotros nos parece un error. También acuden a la figura de María de Villota, que coincide trágicamente con el accidente de ayer. Pero lo cierto es que las cúpulas cerradas son innecesarias cuando las cosas se hacen como se deben. En el caso de María, bastaba con que la plataforma del camión hubiera estado arriba. En el caso de Jules Bianchi, si el Safety Car hubiera salido en su momento. Es más, se nos ocurre una solución alternativa: agregar a las grúas unos faldones que impidan que ningún coche se cuele debajo.

Pero lo que nos parece más importante de todo es que Charlie Whitting, la FIA y la FOM gestionen mejor los riesgos. Que cada carrera y cada pista es cambiante. Y que lo que sirve para Albert Park puede no servir para Mónaco y ser totalmente distinto a la vez de lo que se necesita en Yas Marina. Los pilotos son personas, no instrumentos para las televisiones. Y lo que debe primar es su seguridad, y que estos puedan correr en condiciones seguras, no que se pueda emitir el Gran Premio.

Y, por encima de todo, que suspender un Gran Premio por las condiciones no es tan grave (acordémonos de Bahrein en 2011); y siempre podría haberse aplazado, correrlo después de Abu Dhabi y dar los dobles puntos en la reedición de Japón... El calendario está cerrado, pero encontrar soluciones es fácil con buena voluntad. Y sospechamos que aquí, la buena voluntad, se queda en los de siempre.

Hoy queremos dedicar esta entrada a Ayrendor, Miguel Benito y Sergio Mora, por los comentarios que sugirieron mucho de lo escrito aquí.

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