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lunes, 21 de abril de 2014

Gran Premio de China 2014. Algo menos de emoción, algo más de tiovivo

ShanghaiGran Premio de China 2014
CIRCUITO: Shanghai (Jiading, China)
LONGITUD: 5.451 km
NÚMERO DE VUELTAS: 56 (305.066 km en total)
CURVAS: 16 (7 a izquierdas, 9 a derechas)
COMPUESTOS: Blandos (amarillos)/medios (blancos)
DEGRADACIÓN DE FRENOS: Media

Tras el buen sabor de boca que nos dejó el Gran Premio de Bahrein, con tanta lucha, muchos esperábamos ver otra carrera llena de emoción, pero lo que vimos, a pesar de ser emocionante, no lo fue tanto. Como hacemos últimamente, vamos a comentar las cosas que nos parecieron destacables. Entre ellas, el paso adelante de Ferrari, la proeza de Rosberg sin telemetría, los toques en la salida y los problemas de Red Bull. Vamos a ello.

Una salida llena de golpes  

No habíamos visto una salida así en toda la temporada. Las salidas con golpes que vimos anteriormente acabaron con algún coche fuera de la carrera, pero los toques que vimos ayer le dieron más picante a la salida. Hubo dos principales, el de Alonso con Massa y el de Rosberg con Bottas.

El de los dos excompañeros de equipo fue el más brusco. Nada más salir, el español tira el coche hacia el centro, donde progresaba, tras una salida perfecta, hacia el segundo puesto, por delante de Ricciardo y Vettel. Rosberg había perdido comba, saliendo muy mal, con la telemetría caída y sólo asistencia por radio. El brasileño se coló por la derecha de todos los que tenía delante y después hizo un cambio de dirección brusco hacia el centro, hasta chocar con el de Ferrari. El coche de Williams salió rebotado, las bandas amarillas de los neumáticos blandos de ambos monoplazas se borraron. Afortunadamente, ambos coches siguieron en pista. Lo malo vino después: el golpe con el F14T dañó el monoplaza de Massa, que luego tuvo problemas en el pit lane, perdiendo la carrera. A Fernando no le vino mal, viendo cómo terminó.

El segundo toque fue parecido. En la salida, Rosberg se despista, cayendo varios puestos. La reacción del alemán es tirar al centro para recuperar esas posiciones. Bottas, que había tenido una salida bastante mejor, también se dejó caer hacia el medio de la pista para aprovechar el hueco y progresar. Igual que en el caso anterior, los dos coches rebotaron, neumático contra neumático. La diferencia, en este caso, fue que ambos corredores pudieron seguir, haciendo un gran papel.

Ferrari, ¿un paso adelante?

Tras los tests que se realizaron en Sakhir, justo tras el GP, la escudería de Maranello acabó más tocada si cabe. Fallos en el chasis obligaron a los italianos a retirarse de esa carrera por el desarrollo. La pasada semana, también se anunciaba la dimisión de Stefano Domenicali y su sustitución por parte de Marco Mattiacci, un hombre sin experiencia alguna en F1.

Todo parecía oscurecerse para los coches del Cavalino, a pesar de las grandes actuaciones de Alonso en los FP1 y 2. La calificación fue como siempre, un quinto puesto que supo a muy poco o a nada, con un Raikkönen que ni siquiera pasaba a la Q3. Otra decepción que acumular a las que ya se sumaban en 2014, si es que eran pocas.

Sin embargo, la gran salida de Fernando el domingo regaló un podio a los italianos. El coche pareció responder, aunque acabara pidiendo la hora, presumiblemente por el sobreesfuerzo de los neumáticos. ¿Podemos interpretar esto como un paso adelante en el F14T? Nosotros, sinceramente, creemos que no. Nos alegramos del podio del español, pero no podemos pensar que sea un avance. El circuito de Shangai es propicio a Ferrari, como hemos visto otros años; a esto hay que añadirle que los demás tuvieron más problemas en los neumáticos (ojo, más problemas. No que el F14T no los tuviera, que también los sufrió). Así pues, nosotros somos más proclives a adjudicar la posición de Alonso a los problemas de sus competidores, más que a los aciertos de su equipo.

Muchos esperan a Europa para comprobar si son capaces de reaccionar. Pues bien, Europa está aquí. Próxima parada, Montmeló.

Los problemas de Red Bull

No sabemos a qué pueden deberse. En la escudería energética no tienen ningún reparo en achacárselo a Renault y sus motores, pero lo cierto es que Ricciardo le está mojando la oreja a todo un tetracampeón del mundo (y no oigo a nadie comentar esto igual que comentaban cuando Hamilton le meaba a Fernando en 2007).

El australiano está sufriendo un arranque lleno de problemas y cargado de mala suerte, pero poco a poco se va poniendo en su sitio. Tiene un gran talento y lo demuestra cada fin de semana. Así pues, ¿cómo es que su compañero de equipo, que lleva cuatro años seguidos siendo el líder indiscutible de un equipo que se movía por la pista con una soltura envidiable, es incapaz de seguir su estela? Está claro que el problema no está en el monoplaza. Daniel se encarga de ponerlo de relieve en cada carrera. Pero al alemán le cuesta.

También dice que están esperando a Europa. También dicen que mejorarán aquí. Pero tampoco creo que los problemas estén ahí. Lo de los austriacos es, en nuestra opinión, un compendio de cosas que empieza en los motores que Renault les sirve a los toros rojos y que continúa en una actitud de un piloto que está empezando a perder su supremacía. El año pasado, Vettel era el protegido del Dr. Marko. Este año, con Webber fuera de escena, el alemán comparte protección con su compañero. Y se muestra rebelde, no quiere perder su trono. Su "tough luck" de ayer demuestra que quiere ser el líder, a pesar de lo que le ordenen y lo que sea bueno para el equipo. Y con ello ayer a Ricciardo se le escapó el podio.

La F1 siempre ha estado llena de divas. Pero los equipos tienen que empezar a eliminar estos comportamientos o pueden verse seriamente perjudicados. Y para muestra, un botón.

Rosberg corrió a ciegas.

No sabemos si fue por el toque con el Williams o si venía de antes. Pero lo cierto es que el alemán corrió a ciegas. No tenía información de las ruedas, los frenos o el combustible. Todo tenía que comunicarlo por radio en cada momento y desde el muro tenían que darle los datos de viva voz para que él pudiera adaptar su pilotaje.

Sin embargo, le dio igual. Supo sobreponerse a una salida casi en falso, con un toque con otro piloto y tirar como un demonio hacia adelante. Su coche era un verdadero misil y los adelantamientos que realizó fueron espectaculares. Devoraba segundos como si no costase y se sobrepuso a todos hasta acabar segundo. A nosotros esto nos demuestra que este chico tiene madera de campeón y sólo su compañero de equipo será obstáculo para ello. Eso sí, que se ande con ojo, o acabará de eterno segundón, como muchos y ya será demasiado tarde. La salida de ayer, si hubiera sido mejor, le hubiera catapultado a otra lucha fraticida como la de Sakhir. Y esto es lo que le conviene a Nico. Si se queda atrás, su momento pasará.

Raikkönnen, un fiasco.

Algunos dirán que tenemos algo contra el finlandés, pero nada más lejos de la realidad.

Sin embargo, tenemos claro que su vuelta a Ferrari ha sido un bluf. No son problemas de adaptación, porque la escudería le está dando todo lo que pide; no son problemas de motivación, según sus propias declaraciones. Entonces, ¿qué le pasa?

Podríamos pensar en el coche. Pero cuando su "hermano gemelo" se sube al podio y pelea de tú a tú con los actuales campeones del mundo, este argumento no vale. Sí, corre con un botijo (porque llamar carretilla a lo que ha hecho Maranello este año es ser demasiado optimista), pero si tu compañero de equipo sube el coche al podio, no puedes decir que sea el botijo. Hay quien dice que es la operación de la espalda a la que se sometió a finales del año pasado, pero si es esto, Ferrari es quien debería bajarlo del coche para no perder más puntos por sus pobres actuaciones y subirlo de nuevo cuando esté recuperado del todo. Incluso hay quien dice que el responsable es su compañero de equipo, que es muy superior a él. Pero este argumento tampoco me vale, viniendo de sectores fanáticamente cegados. Está claro que el rendimiento de Alonso es superior al del finlandés en este inicio de temporada, pero de eso es responsable el propio Raikkönnen y no su compañero de equipo.

Señores, reconózcanlo. El fichaje de Kimi ha sido un error muy gordo. Había pilotos y hay pilotos muy buenos que estaban sin asiento y se quedaron sin él para este año. Otros a los que se podría haber tentado para sentarse en los coches rojos. Pero se prefirió a un piloto que no ha demostrado más que tener la caña lista.

Y no traten de convencerme: hasta ahora no ha demostrado más que estar muy atrás.

Los comisarios, mal

Un punto muy negativo a la organización y los comisarios del circuito.

Banderas mal enseñadas, banderas a destiempo, descontrol... Lo más patético de todo fue que a Hamilton le enseñaron la bandera a cuadros dos vueltas antes de terminar. ¿Imagináis que se hubiera parado y se hubiera dado cuenta cuando le hubieran adelantado dos o tres monoplazas? ¿Qué habría pasado?

Un circuito de primera línea, como pretende ser el de China no puede permitirse estos errores garrafales. Espero que la FOM y la propia FIA se planteen muy seriamente el poner las cosas claras en Shangai, porque lo que ocurrió ayer con los comisarios no debe volver a repetirse. Ni este año ni nunca ni en ningún otro sitio.

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